¿La piel grasa necesita hidratación? 5 consejos para su cuidado

¿La piel grasa necesita hidratación? 5 consejos para su cuidado

No importa cuántas veces te laves la cara durante el día. Cualquiera que tenga la piel grasa sabe que después de un tiempo comienza a verse brillante, de una manera que se nota a simple vista. En las fotos y selfies aún puedes disfrazarlo con aplicaciones y filtros que permiten ajustes y correcciones, pero en el día a día la batalla es más difícil.

La grasa excesiva en el rostro ocurre cuando las glándulas sebáceas producen demasiado sebo, que sale la superficie de la piel a través de los poros dilatados, otra característica común de quienes sufren de piel grasa. Y hay varios detonantes para que esto suceda: genética, tabaquismo, una dieta baja en verduras y rica en alimentos con un índice glicémico alto (con poca fibra y muchos carbohidratos), trastornos hormonales, exposición al sol e incluso una mala hidratación.

Entonces surge la pregunta: ¿la piel grasa necesita hidratación? La respuesta es sí, solo con productos adecuados y una rutina de cuidados. A continuación, te indicamos cómo cuidar de este tipo de piel.

1. Mantén una rutina de cuidado – Diariamente, por la mañana, sigue este orden: primero lávate la cara, luego aplica crema hidratante y termina con protector solar. Por la noche, repite el ritual, sin el protector solar. Mantén esta rutina y opta siempre por productos específicos para la piel grasa.

2. Cuidado con el efecto rebote – Lávate la cara como máximo dos veces al día, con jabones astringentes adecuados para la piel grasa. Realiza movimientos circulares suaves con los dedos y enjuaga con agua fría. No te excedas en la limpieza para no provocar el llamado efecto rebote, que es cuando el cuerpo, para proteger la piel y recuperar su hidratación natural, produce aún más grasa.

3. Alcanza el objetivo: invierte en productos que ayuden a contener el exceso de grasa, ya sean jabones, protectores solares, humectantes y maquillaje. Los productos para el control de grasa, como su nombre indica, sirven para controlar la secreción de sebo y mantener el equilibrio graso de la piel. Los que están testados dermatológicamente tienen mejores resultados.

4. Elige bien la crema hidratante – Olvídate de las más cremosas y espesas e invierte en aquellas con texturas más livianas, que dejan los poros libres, como los que vienen en gel, por ejemplo. Y no olvides hidratar tu piel a diario, siempre después de la limpieza y antes del maquillaje.

5. Bebe mucha agua – Un cuerpo hidratado es sinónimo de piel hidratada. Pero no vale la pena beber cinco vasos de agua a la vez: el consumo debe distribuirse a lo largo del día, en dosis pequeñas y constantes.

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