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Actualmente, el mundo está más conectado que nunca y con todas esas conexiones se incrementa el riesgo de bacterias. Por eso, las personas buscan jabones antibacterianos, como Protex®, por su protección comprobada. Los consumidores buscan esa protección en productos que funcionan de modo más natural y que son menos agresivos químicamente para su piel.
Protex® está comprometido con la atención a esas necesidades por medio de avances en la ciencia de la protección de la salud de la piel con soluciones más naturales.
Como un verdadero avance en la protección de la piel, la nueva generación de Protex® enriquecido con óleo de linaza también ofrece la misma protección que el consumidor espera y elimina el 99,9% de las bacterias pero sin los agresivos componentes químicos de otros jabones antibacteriales. Además, la linaza es un ingrediente natural que brinda una forma innovadora de aumentar las defensas naturales de la piel y ayuda a combatir las bacterias. El nuevo Protex® ahora viene enriquecido con óleo de linaza para brindar la protección que conoces de un modo natural.
El nuevo Protex® ahora viene enriquecido con óleo de linaza para brindar la protección que conoces de un modo natural.
¿Cómo funciona la piel como protección contra bacterias?
La piel humana es una barrera física que puede prevenir el ingreso de patógenos al interior del cuerpo. Además, la piel cuenta con su propia defensa natural: los péptidos antimicrobianos (AMPs). Los AMPs forman parte de la inmunidad antimicrobiana innata en la piel como una barrera protectora contra bacterias, virus y hongos. Los AMPs son producidos por los queratinocitos, células inmunes infiltradas y organismos comensales de la piel y proporcionan una protección similar a los antibióticos para la piel. Por lo tanto, los AMPs son las armas propias de la piel para luchar contra los agentes patógenos.
Los AMPs son producidos por los queratinocitos, células inmunes infiltradas y organismos comensales de la piel y proporcionan una protección similar a los antibióticos para la piel. Por lo tanto, los AMPs son las armas propias de la piel para luchar contra los agentes patógenos.